viernes, 28 de abril de 2017

Adios maestro Demme



Ha muerto Jonathan Demme....y yo siento que me despojaron de algo, de mucho. Por un cineasta al que siempre encontré mas de un paralelismo con Robert Altman- por no hablar que el cine de Demme es de los pocos que puede emocionarme al nivel que lo hace el de Altman-  su muerte en mi tuvo también paralelismos. En aquel 21 de noviembre del 2006 terminaba a toda prisa una monografía cuando un pana me llamó para darme la noticia que en aquel momento me desplomó pero no registré bien...y en aquel momento tenia que terminar una monografía... El mensaje de texto- que a todas estas fue de un numero que aún no reconozco-  que me anunció la muerte de Demme la mañana del pasado miércoles 26 de abril también me azotó en transito mientras iba de un sitio a otro, a toda prisa....al menos que me enterase al filo del mediodía, significó antes del almuerzo ir a la barrita mas cercana a procesar la noticia con una fría...y el soundtrack de Stop Making Sense a todo volumen saliendo de mis audífonos.

  

En ese 21 noviembre del 2006 al menos reflexionaba que Altman tenia 81 años  que juntados con su confesión de un trasplante de corazón cuando recibió su oscar honorario meses antes de su deceso, mas el tono de elegía de su ultima película  A Prairie Home Companion  delataban o me preparaban para un posible desenlace. El solo pensar que no iban a haber películas nuevas de Altman  era un futuro que no quería imaginarme. El 26 de abril de 2017 me enfrenté a un futuro sin nuevas películas de Jonathan Demme, y me cuesta imaginarme ese futuro. Al menos Altman se fue en grande, Demme se fue en pleno transito, como si sus últimos trabajos fueran apenas reafirmaciones de esa inagotable energía de su cine, no eran películas de despedida, eran muestras de alegría de vivir y seguir creando. Ahora la inevitable realidad de que Ricki and the Flash será para siempre su ultima película narrativa, un divertimento agradable pero menor que para nada se ubica entre sus grandes películas es una agridulce, es quizás una oportunidad perdida que queda solo a mi imaginación. Cual era esa ultima gran película con la que Demme iba a terminar su carrera....su Prairie Home Companion, su Before the Devil Knows You're Dead, su The Dead, su Saraband.....solo queda imaginar lo que pudo haber sido. Y contentarse con esos momentos de Ricki and the Flash en los que Demme nos recordaba su toque indiscutible, esos momentos que solo pudieron haber salido de su cine....especialmente me refiero al de Ricki (Meryl Streep) interpretando con toda la convicción rockera del mundo el Bad Romance de Lady Gaga. Tampoco ayuda el hecho de que las semejanzas de Ricki and the Flash con Rachel Getting Married anterior película narrativa de Demme y que terminará al menos siendo para este que escribe, recordada como su obra maestra definitiva, son demasiado obvias.
Su ultima película documental es literalmente otro cantar y desde que se anunció que Demme colaboraría con Justin Timberlake, después del asombro inicial pase de la intriga a convencerme de que esa unión era una totalmente lógica. Demme que siempre se ha sumergido en la cultura pop de los tiempos que le tocó vivir en su cine, para así observar, criticar, satirizar y al final de cuentas regocijar la cultura pop era un cineasta ideal para capturar el show de un icono pop al nivel de Justin Timberlake. Y si, si bien Justin Timberlake + The Tenesse Kids no es Stop Making Sense (pero que lo será?) es otro concert film enérgico, vital, contagioso, es otra prueba contundente que nadie como Demme para filmar música. Lo que no era para nada: una película de despedida- está disponible en Netflix para quien todavía no le ha echado un vistazo-


No sabia que Demme estaba enfermo. Aunque supe de su visita al pasado festival de cine de Venecia quizás por en ese momento estar mas pendiente de buscar fotos de Emma Stone, no di con las fotos de un Demme flaco, calvo y a pesar de proyectar la misma vitalidad de siempre, visiblemente enfermo. Su muerte fue inesperada y la noticia de su enfermedad lo fue mas. Aparentemente fue un dato solo conocido por familiares y amigos cercanos. En un mundo como el del cine que suele ser tan implacable con la gente mayor- Demme tenia 73 aunque parecía eternamente joven- Demme al mantener su enfermedad privada protegía su derecho y habilidad para trabajar y mantenerse activo y creativo. Otra coincidencia con Altman que se mantuvo trabajando por una década, escondiéndole a las aseguradoras de sus producciones su estado de salud cada vez mas en declive. Claro sus fanáticos- pasó con Bowie también-  sentimos que nos robaron de algo y peor aun...que no nos prepararon para lo peor.


Nunca he logrado identificar exactamente que me gusta mas del cine de Demme., porque para mi es un cine tan especial, único, vital. Como tampoco me resulta fácil describirlo. En varios de los artículos que se han escrito celebrando su filmografía se ha hecho hincapié en que Demme es algo así como un anti-auteur o que no tiene quizás una cualidad obvia que haga reconocer su cine fácilmente. Sin embargo raras veces un cineasta no considerado auteur- y la verdad es que Demme rara vez fue su propio guionista, si es por atenerse a las reglas auteristas- ha dejado sus huellas tan claras en una filmografía constante y coherente: sus close ups inimitables, su entusiasmo por cada persona a la que filmaba- podía ser desde Meryl Streep, Denzel Washington, Melanie Griffith o el actor que hace de dependiente de un liquor store, o los extras que le pareciesen interesantes: en una película de Demme si que no hay papeles pequeños, se tiene la certeza que cada persona tiene su razón de ser, por eso es que en los créditos al inicio de sus películas Demme mencionaba a todas y cada una de las personas que hablasen ya fuese una línea o cantaran una canción - su inquebrantable y constante humanidad y compasión por sus personajes- las comparaciones con Renoir y Truffaut siempre le abundaron, y hasta en Silence of the Lambs hay momentos de empatía con Hannibal Lecter, por mas fugaces que sean- la autenticidad con la que retrató espacios y tiempos- uno siente que conoce el espacio en que se desarrolla una película de Demme a pesar de que nunca haya estado físicamente en el- la arrolladora energía de sus bandas sonoras que son un muestrario de la mejor música pop creada de finales de los 50 a nuestros días, su apasionada convicción en sus documentales que lejos de ser objetivos y fríos retratos de sus sujetos eran celebratorios, su genuino amor por la diversidad, el respeto y la tolerancia. En fin, el cine de Demme era derroche total, energía total, es cine hecho para los que amamos el cine y lo celebramos. De hecho resulta curioso y esto también se ha repetido a la saciedad en los tributos que se han escrito sobre su trabajo que sus dos películas mas famosas sean quizás las menos representativas de su estilo, aunque si dan fe de su inagotable versatilidad: Silence of the Lambs y Philadelphia.

Jodie Foster en sus palabras para recordarlo lo  identificó como el "mejor cineasta mujer con el que he trabajado" y es que el feminismo y el enfoque de Demme en lo femenino merece mención aparte: su cine esta poblado de mujeres en su centro, actrices que muchas veces hicieron el mejor trabajo de sus carreras bajo su dirección: Cloris Leachman en Crazy Mama, Mary Steenburgen en  Melvin and Howard, Goldie Hawn y Christine Lahti en Swing Shift, Melanie Griffitth en Something WIld,  Michelle Pfeiffer y Mercedes Ruehl en Married to the Mob ,  Jodie Foster en Silence of the Lambs, Thandie Newton en Beloved y The Truth About Charlie, Anne Hatthaway, Rosemarie DeWitt y Debra Winger en Rachel Getting Married, Meryl Streep en The Manchurian Candidate y Ricki and the Flash.


Mi prima Diana Matos, directora de fotografía logró trabajar con Demme en Ricki and the Flash y esto ocurrió porque Demme exigió que en el departamento de fotografía de la película trabajaran mujeres, al igual que en todos los departamentos de sus producciones. Prueba de un activismo férreo que no se quedaba simplemente reflejado en pantalla. Yo estaba en Nueva York para los días en que mi prima comenzaba a trabajar con Demme y me planteó quizás una posible visita al set que nunca pudo darse. Mejor que fuese así, yo que le tengo pavor a encontrarme frente a frente con la gente que admiro, probablemente me hubiese orinado encima o me hubiera puesto a balbucear.
Siempre es difícil apalabrar lo que sentimos sobre artistas que nos han marcado y este escrito no ha sido la excepción, para terminarlo con toda la redundancia que se merece pienso que es meritorio dar mis 10 razones en forma de cine por las que amo a Jonathan Demme- aunque amo las 28 razones de su filmografía, todas de alguna manera- :



Rachel Getting Married (2008)- Su obra maestra absoluta. Filmada de modo documental- para esa época Demme llegó a decir que el cine narrativo ya no le interesaba- La película es un recordatorio que a pesar de su variada carrera, Demme nunca olvidó las raíces indie de sus comienzos junto a Roger Corman- quien de hecho, aparece en la peli-. Ecos de Altman, Cassavettes y hasta de Bergman abundan, pero esto es Demme puro, con una cámara que no deja de danzar entre los actores/ocupantes de una de las bodas mas disfuncionales captadas en cine, que de alguna manera tiene un final sino feliz, al menos celebratorio a lo Demme. Una de las mejores películas de la pasada década...y de lo que va de siglo


Beloved (1998)- Muy malentendida y vapuleada en su momento. Esta es la incursión de Demme en el realismo mágico y una de esas raras ocasiones en que el cine estadounidense reciente ha logrado arañar la poesía. A medio camino entre el revisionismo histórico y el lirismo mas desmedido, esta adaptación de la novela de Toni Morrison, como tantos trabajos del Demme post Philadelphia, peca quizás de estar demasiado adelantada a su tiempo


Stop Making Sense (1984)- Su documental sobre los Talking Heads  y la que fue su ultima gira como banda es considerado por muchos como el mejor concert film de todos los tiempos, y con el perdón de Scorsese y The Last Waltz, quien soy yo para contradecir a la mayoría? Son tantos sus momentos icónicos que aquí no hay espacio para describirlos. Pero en el genero del "rockumentary" hay un antes de y después de Stop Making Sense.


Something Wild (1986)- Mitad road trip descabellado y enloquecido, mitad thriller violento e inesperado. Una dupla inolvidable protagonista de Melanie Griffith y Jeff Daniels, un Ray Liotta que comenzaba en su modo mas sádico, una banda sonora que es un autentico muestrario de la mejor música de los 80 y la mirada siempre enérgica de Demme que realiza una de las mejores sátiras al conformismo de la era Reaganiana
Melvin and Howard (1980)- Originalmente a ser dirigida por Mike Nichols. Demme terminó siendo el elegido y la única opción que ahora nos es posible para dirigir este guion de Bo Goldman sobre el bueno para nada, pero bueno Melvin Dummar, un tipo tan común y corriente que nadie se explica porque Howard Hughes le dejó 156 millones de dólares. Inolvidables Jason Robards, Paul LeMat y Mary Steenburgen  que se llevó el Oscar apenas por su segunda película.


Married to the Mob (1988)- En algún lugar he escuchado que este filme es como una capsula del tiempo a los 80...y nada puede ser mas cierto. Deliciosa e hilarante, no puede ser mas ochentosa en su diseño, energía, humor y banda sonora. Pero con esa vitalidad Demmeniana que le ha permitido envejecer con gracia.  Dean Stockwell fue nominado al Oscar por su magistral gangster, Tony Russo pero de nuevo son las actrices que se quedan con el canto, la protagonista Michelle Pfeiffer y una histérica Mercedes Ruehl en la que puede ser mi actuación favorita en una película de Demme


Handle With Care o Citizen's Band (1977)- Su cuarto largometraje y el primero que Demme realiza fuera de la sombra de Roger Corman. Ya se atisban los ingredientes característicos de su trabajo: su cámara vital y enérgica, su idiosincrático sentido del humor, y una disparatada empatía hacia los personajes que retrata, por mas excéntricos que fuesen. Todo esto ya presente en su particular vistazo al la fiebre de mediados de los 70 en el sur estadounidense por los llamados radios de onda corta o "Citizen's Band radio"


Neil Young: Heart of Gold (2006) - Aparte de sus colaboraciones con David Byrne y Robyn Hitchcock, la otra gran colaboración musical de Demme con un músico fue con el legendario rockero canadiense. Demme haría 3 documentales centrados en presentaciones de Neil Young. Este, el primero y el mejor fue grabado en el legendario Ryman Auditorium de Nashville, Tennesse, meses después de que Young sufriera un aneurisma cerebral. Como en todos sus documentales musicales Demme dejaría a la música en pleno centro, brillando por si misma, entrometiéndose apenas




The Agronomist (2003)- Su documental sobre la figura del haitiano Jean Dominique Bauby, fundador, mantenedor y DJ de Radio Haiti-Inter, estación de radio independiente haitiana que Dominique mantuvo por 3 décadas, muy a pesar de la represión del tiránico régimen de los Douvalier que siempre lo perseguiría. Dominique fue asesinado en el 2000, pero su legado como un comunicador de ideales inquebrantables y no negociables es exaltado por Demme, como solo el sabia hacerlo



The Manchurian Candidate (2004- Otra película de Demme que llegó a destiempo. La monumental sombra que la precede- es la segunda adaptación de la novela de Richard Condon del mismo titulo, ya convertida en un legendario largometraje de John Frankenheimer en 1962- hizo que no funcionara en taquilla. ni con la critica, en un principio. La de Demme no es un remake de la primera película, sino una segunda reinterpretación de la novela. Con el paso del tiempo se antoja profética, ya que vista a distancia parece anunciarnos la era Trump. Hace poco la pusieron en Netflix. Nada es casualidad.


No hay comentarios: