sábado, 29 de diciembre de 2018

ROMA: LA ÍTACA DE CUARÓN



Cuarón no filmaba en su país desde Y tu mamá también, hace poco más de diecisiete años. Ahora, con Roma, regresa a su DF -como si de Ítaca se tratara- para hacer una hazaña: recatar su memoria, su infancia. Él mismo afirma que el 90 por ciento de su material proviene de lo que recuerda, también de lo que le habrá contado Liboria Rodríguez, la empleada doméstica que inspiró a Cleo, el personaje central de la historia. Con su sencillez narrativa y su sólida estética, Roma se coloca entre esas grandes películas sobre la memoria, sobre el pasado: La eternidad y un día, El Espejo e Hiroshima Mon Amour. Entre ellas, ésta brilla con luz propia. 

Roma es la historia de una empleada doméstica, Cleo, y de la familia para la que ella trabaja, la cual comienza a desmoronarse a la vez que su propia vida sufre cambios demasiados profundos, dolorosos e irreversibles. El personaje interpretado por Yalitza Aparicio es la representación de esas mujeres que, tanto en México como en otros países de Latinoamérica, efectúan una labor que no es valorada justamente y que las coloca en posiciones de vulnerabilidad, de desprotección, donde se vuelven invisibles para la sociedad y, que a pesar de esto, no dejan de ser una pieza esencial para que dichas familias sigan siendo funcionales. Cleo representa muy dignamente a las empleadas domésticas de México, de nuestros países. Ellas terminan siendo parte de nuestras familias y es en este aspecto en donde más emana humanidad la cinta de Cuarón. 


En las primeras reseñas que leí sobre la película se mencionaba con un tono hasta de euforia, algo así como que el neorrealismo no estaba muerto. Se veía a Roma como una heredera de alguna obra de Rossellini o De Sica. Escuchar esto me entusiasmó mucho pero al ver la película sentí que esto se encontraba lejos de la verdad, que el hecho de que fuera en blanco y negro y de que la protagonista fuera una mujer de una clase social humilde había obnubilado a los críticos y los había hecho llegar a esas conclusiones apresuradamente. 

Precisamente las decisiones estéticas tomadas por el mismo autor ponen a esta obra en otra sintonía, lejos de la influencia de ese movimiento cinematográfico. La cámara acá es sumamente importante y obvia, y hay momentos en los que convierte a los personajes en parte del escenario, en un fragmento de ese enorme contexto mexicano, lo cual contrasta con una de las constantes del cine neorrealista: el potenciar, desde la sencillez formal, el drama humano, que el personaje sea el centro de la historia más allá de los artilugios estéticos. Y no es que la peli no tenga el contenido temático o humano digno de una Mamma Roma o una La Strada; justamente esto es uno de los componentes más ricos que posee, pero el refinamiento, el estilismo de Roma, la ubican por otro lado. El ritmo, la cadencia de sus movimientos, su diseño sonoro dan la sensación de ir pendulando de una poética lírica a una épica. Y aquí aplico el término lírico a la historia de Cleo, a la visión íntima de su drama, y el término épico a la representación de la sociedad mexicana, en particular a los movimientos estudiantiles de esta época, los cuales son un personaje-masa envuelto en una lucha social contra la opresión del estado.

La construcción sonora es otro hecho a destacar de Roma, muy estilizado y formal. Posiblemente la ciudad de México nunca se había escuchado de la misma manera. Por algo la mezcla de sonido duró más tiempo incluso que la misma Gravity. En Roma uno puede cerrar los ojos, disfrutar del Dolby Atmos y transportarse al DF para ir desgranando su atmósfera, capa a capa, como si de una cebolla se tratara. Es por eso que la cinta no necesita en lo más mínimo música extradiegética, y sin embargo, no deja de ser, por su riqueza sonora, una obra bastante musical.     

En la cinta hay un evidente intento de acercarse al cine-poesía. Donde más claramente se constata esto -y donde también se le hace un gran guiño a El Espejo de Tarkovsky- es en la escena del incendio, cuando la familia se va a pasar la navidad a la casa de campo del hermano de Sofía. En esta escena el formalismo del autor se vuelve aún más obvio y la hace alejarse aún más del neorrealismo del que hablaban muchos críticos.



Con Roma, Cuarón reinterpreta emocionalmente su infancia. Hay una enorme pulsión nostálgica. En sus dos horas y quince minutos podemos encontrar esas semillas de lo que después se convertiría en varias de sus más destacadas obras cinematográficas. Quizás la más evidente sea Gravity. Las alusiones a ese mundo del astronauta, a ese ir a la deriva por el espacio, son constantes. Luego podemos encontrar señales de lo que sería Solo Con Tu Pareja, Y Tu Mamá También y Children of Men. Esta última película comparte su admiración por alumbramiento, pero hay algo que las diferencia en este aspecto. En Roma, Cleo pare a un bebé mortinato. Su niña nace muerta. No hay continuidad de vida, de la sangre, no heredará quizás un destino parecido al de su madre. En cambio, en Children of Men, Kee, una mujer de origen humilde, negra, da a luz a otra niña, Hope, una niña viva, que representa la esperanza para esta humanidad que ha perdido la capacidad de reproducirse. 

Una de las primeras cosas que pensé al ver Roma fue que tanto Cuarón como González Iñárritu se habían puesto de acuerdo para hacer de sus últimos largometrajes dos homenajes a Tarkovsky. La fotografía blanco y negro y el uso constante de travellings laterales, de pannings (varios en 360), me llevaron inmediatamente a Andrei Rublev


En parte por la dinámica narrativa de ir de escenas muy intimistas a momentos más épicos en las que el contexto histórico ganaba tanta presencia que el mismo protagonista desaparecía. Sin embargo hay otra obra de Tarkovsky que me viene a la mente al ver Roma: El Espejo. Ambas películas son un intento de traer a la vida, de reverberar, memorias personales. Los dos cineastas intentan rescatar del olvido su pasado, e incluso, algo del pasado de sus respectivos países. 

Un leimotiv que podemos encontrar en la filmografía de Tarkovsky es la representación de los cuatro elementos de la naturaleza: Agua, Tierra, Fuego y Aire. Cuarón los asume, se apropia de ellos. Simbólicamente estos señalan uno de los grandes temas universales de la película: la vida. La visualización de estos elementos lanza luz sobre este discurso, sobre esta necesidad del autor de hablar de la vida misma; de la vida de una humilde empleada doméstica, de una madre, de una familia en este barrio de clase media, de la capital de México y a su vez de otros lugares en los que también se viven dramas íntimos y dramas sociales. 

Ahora, de los cuatro elementos representados aquí el más importante de toda la película es el agua -el agua es vida, con ella todo, sin ella nada. Su presencia, su movimiento o quietud e importancia se traslada a la misma concepción estética de Roma. No puedo dejar de visualizar la cámara de Cuarón como un río cuya corriente por momentos es constante, quieta, contradictoria. Un mar. Cuando permanece inmóvil, esto hace que los personajes, sus movimientos, su drama adquieran una magnitud distinta. 




















En la Mise-en-scène de Roma prevalece la horizontalidad y, a su vez, posee un fuerte carácter circular. Formalmente, el uso de los paneos es lo que más evidencia esto último. Desde muy al principio esto se marca, ya en el primer plano secuencia que vemos. Esta circularidad también se siente en su estructura, cuando comparamos el plano inicial con el último de la cinta. El primero comienza encuadrando el suelo, las losetas y el agua. A través del reflejo de ésta, observamos el cielo, y un avión que marcará el inicio de un viaje para Cleo y para la familia con la que trabaja. Cuando los créditos del inicio terminan la cámara reencuadra con gran independencia y descubre a nuestra protagonista limpiando la mierda de perro en el garaje. Después, en el plano final de la cinta, Cleo es la que guía la cámara desde la primera planta de la casa. Ésta la sigue en su ascenso por una escalera frágil hacia la azotea, hacia el cielo. Probablemente ya no es la misma mujer, tampoco esa será la misma familia. Han cambiado. Quizás Cleo se ha liberado de algún dolor, y ha aprendido a vivir con los cambios que trae la vida. Entonces vemos en ese mismo cielo al que Cleo nos llevó, un avión más, en el aire, volando, viajando, y nos hace recordar que la vida es eso, un viaje constante, un fluido en el que nosotros nos encontramos siendo sus principales pasajeros. 


Dos de los grandes brillos de Roma son Cleo y Sofía. Ellas son un espejo la una de la otra desde sus respectivas clases sociales e idiosincracias. Sofía es una mujer de clase media alta, madre de cuatro criaturas, que es herida y abandonada por un hombre, su esposo, y que día a día sufre por su ausencia. Cleo, por otro lado, es una empleada doméstica, embarazada por un hombre que la enamoró para abandonarla después. En la ausencia del padre de la criatura que se gesta en su vientre, se desarrolla a la vez un malestar taciturno en el epicentro de su propia vida. Ambas dos mujeres sufren por la cobardía, por la irresponsabilidad de esos dos hombres, y a pesar de su situación en la que todo se va desmoronando, las dos encuentran la entereza dentro de ellas para que la familia siga adelante y no termine sucumbiendo. 

Esto último me trae a otro de los temas de la película, el que quizás por motivos personales, es el que más me apasiona: ¿Cómo afrontar los cambios que te trae la vida? Sofía, al ser abandonada por Antonio, choca contra ese cambio. De ser su mujer, su esposa, pasa a ser su ex. Al comienzo Antonio le dice que tiene un viaje de trabajo a Canadá, pero Sofía sabe lo que está pasando en el fondo, lo intuye. Cuando él está apunto de marcharse al aeropuerto, ella se aferra a él. Todas sus acciones son un ruego, un querer retenerlo, un decirle no te vayas, por favor. Más adelante, habla con él por teléfono, seguro le ruega que no la deje. Después, en un acto de manipulación, le pide a todos sus hijos que le escriban cartas, dibujos, como para ver si éste se apiada, regresa a casa y ella puede seguir siendo su esposa y no la ex, aunque éste ya no la ame. Sofía lucha contra algo que es inevitable, irreversible. Antonio la abandonará sí o sí. Pero ella no lo acepta y el no adaptarse a ese cambio le produce un profundo dolor. La familia, sus hijos también sufren esta oposición al cambio sin saber enteramente lo que sucede. Cleo también es abandonada. En una de las escenas del cine, ella le dice a Fermín que cree estar embarazada. Éste disimula, lo toma como si fuera una buena noticia y se inventa la excusa de ir al baño. Se marcha y queda Cleo en las penumbras del cine. La mirada de ella nos refleja un presentimiento. Ella sabe en el fondo que Fermín en ese preciso momento la está abandonando, la deja con su criatura. Este embarazo la saca de su zona de confort, le comienza a cambiar la vida. Teme perder lo que tiene, que el cambio sea aún mayor. Cuando le confiesa lo de su embarazo a Sofía podemos apreciar claramente este temor. Cleo no quiere ese punto de giro sin embargo tiene que convivir con ese malestar durante nueve largos meses.  
Como ya dije antes, Roma parte del drama íntimo de Cleo al drama social que vivía parte de la sociedad mexicana entre finales de los sesenta y comienzos de los años setenta. Hacía tres años que había ocurrido la Masacre de Tlatelolco. A partir de ese hecho oscuro en la historia reciente de México, el gobierno formó un grupo paramilitar de jóvenes, Los halcones, entrenados por la misma CIA para reprimir, castigar, a cualquier movimiento de izquierda que quisiera manifestarse en contra del gobierno. El 10 de junio del 71, el día que después llamarían la Masacre de Corpus Christi, los Halcones mataron a más de cien estudiantes en las calles del DF. Esta tragedia queda retratada en Roma. Y es Cleo, el drama que ella vive, la que nos conduce como Virgilio a las calles en donde sucedió ese hecho histórico. Vamos de una familia que se resquebraja dentro de esa casa de la colonia Roma al desmoronamiento social a causa de un gobierno opresor que dejó a los culpables de esa masacre libres. Y esta situación, la inferencia de los EEUU en México, la represión por parte del estado, es análoga a situaciones vividas en el resto de los países latinoamericanos. Es un espejo para nosotros, incluso hoy en día. 

Definitivamente, Roma fluye como el agua, como el mar. Es lo que trajo a Cuarón de vuelta a su pasado, a su ciudad y su barrio, pero también es una experiencia que a nosotros los espectadores nos arrastra a lo largo de un viaje lleno de dolor, belleza, alegría y tristeza, para que analicemos a consciencia cual es nuestra capacidad de adaptarnos a los mismos cambios que la vida nos da. Esto es lo que hace grande a Roma, y lo que la hará ganarse un espacio en la memoria de muchos espectadores como yo. 

viernes, 28 de abril de 2017

Adios maestro Demme



Ha muerto Jonathan Demme....y yo siento que me despojaron de algo, de mucho. Por un cineasta al que siempre encontré mas de un paralelismo con Robert Altman- por no hablar que el cine de Demme es de los pocos que puede emocionarme al nivel que lo hace el de Altman-  su muerte en mi tuvo también paralelismos. En aquel 21 de noviembre del 2006 terminaba a toda prisa una monografía cuando un pana me llamó para darme la noticia que en aquel momento me desplomó pero no registré bien...y en aquel momento tenia que terminar una monografía... El mensaje de texto- que a todas estas fue de un numero que aún no reconozco-  que me anunció la muerte de Demme la mañana del pasado miércoles 26 de abril también me azotó en transito mientras iba de un sitio a otro, a toda prisa....al menos que me enterase al filo del mediodía, significó antes del almuerzo ir a la barrita mas cercana a procesar la noticia con una fría...y el soundtrack de Stop Making Sense a todo volumen saliendo de mis audífonos.

  

En ese 21 noviembre del 2006 al menos reflexionaba que Altman tenia 81 años  que juntados con su confesión de un trasplante de corazón cuando recibió su oscar honorario meses antes de su deceso, mas el tono de elegía de su ultima película  A Prairie Home Companion  delataban o me preparaban para un posible desenlace. El solo pensar que no iban a haber películas nuevas de Altman  era un futuro que no quería imaginarme. El 26 de abril de 2017 me enfrenté a un futuro sin nuevas películas de Jonathan Demme, y me cuesta imaginarme ese futuro. Al menos Altman se fue en grande, Demme se fue en pleno transito, como si sus últimos trabajos fueran apenas reafirmaciones de esa inagotable energía de su cine, no eran películas de despedida, eran muestras de alegría de vivir y seguir creando. Ahora la inevitable realidad de que Ricki and the Flash será para siempre su ultima película narrativa, un divertimento agradable pero menor que para nada se ubica entre sus grandes películas es una agridulce, es quizás una oportunidad perdida que queda solo a mi imaginación. Cual era esa ultima gran película con la que Demme iba a terminar su carrera....su Prairie Home Companion, su Before the Devil Knows You're Dead, su The Dead, su Saraband.....solo queda imaginar lo que pudo haber sido. Y contentarse con esos momentos de Ricki and the Flash en los que Demme nos recordaba su toque indiscutible, esos momentos que solo pudieron haber salido de su cine....especialmente me refiero al de Ricki (Meryl Streep) interpretando con toda la convicción rockera del mundo el Bad Romance de Lady Gaga. Tampoco ayuda el hecho de que las semejanzas de Ricki and the Flash con Rachel Getting Married anterior película narrativa de Demme y que terminará al menos siendo para este que escribe, recordada como su obra maestra definitiva, son demasiado obvias.
Su ultima película documental es literalmente otro cantar y desde que se anunció que Demme colaboraría con Justin Timberlake, después del asombro inicial pase de la intriga a convencerme de que esa unión era una totalmente lógica. Demme que siempre se ha sumergido en la cultura pop de los tiempos que le tocó vivir en su cine, para así observar, criticar, satirizar y al final de cuentas regocijar la cultura pop era un cineasta ideal para capturar el show de un icono pop al nivel de Justin Timberlake. Y si, si bien Justin Timberlake + The Tenesse Kids no es Stop Making Sense (pero que lo será?) es otro concert film enérgico, vital, contagioso, es otra prueba contundente que nadie como Demme para filmar música. Lo que no era para nada: una película de despedida- está disponible en Netflix para quien todavía no le ha echado un vistazo-


No sabia que Demme estaba enfermo. Aunque supe de su visita al pasado festival de cine de Venecia quizás por en ese momento estar mas pendiente de buscar fotos de Emma Stone, no di con las fotos de un Demme flaco, calvo y a pesar de proyectar la misma vitalidad de siempre, visiblemente enfermo. Su muerte fue inesperada y la noticia de su enfermedad lo fue mas. Aparentemente fue un dato solo conocido por familiares y amigos cercanos. En un mundo como el del cine que suele ser tan implacable con la gente mayor- Demme tenia 73 aunque parecía eternamente joven- Demme al mantener su enfermedad privada protegía su derecho y habilidad para trabajar y mantenerse activo y creativo. Otra coincidencia con Altman que se mantuvo trabajando por una década, escondiéndole a las aseguradoras de sus producciones su estado de salud cada vez mas en declive. Claro sus fanáticos- pasó con Bowie también-  sentimos que nos robaron de algo y peor aun...que no nos prepararon para lo peor.


Nunca he logrado identificar exactamente que me gusta mas del cine de Demme., porque para mi es un cine tan especial, único, vital. Como tampoco me resulta fácil describirlo. En varios de los artículos que se han escrito celebrando su filmografía se ha hecho hincapié en que Demme es algo así como un anti-auteur o que no tiene quizás una cualidad obvia que haga reconocer su cine fácilmente. Sin embargo raras veces un cineasta no considerado auteur- y la verdad es que Demme rara vez fue su propio guionista, si es por atenerse a las reglas auteristas- ha dejado sus huellas tan claras en una filmografía constante y coherente: sus close ups inimitables, su entusiasmo por cada persona a la que filmaba- podía ser desde Meryl Streep, Denzel Washington, Melanie Griffith o el actor que hace de dependiente de un liquor store, o los extras que le pareciesen interesantes: en una película de Demme si que no hay papeles pequeños, se tiene la certeza que cada persona tiene su razón de ser, por eso es que en los créditos al inicio de sus películas Demme mencionaba a todas y cada una de las personas que hablasen ya fuese una línea o cantaran una canción - su inquebrantable y constante humanidad y compasión por sus personajes- las comparaciones con Renoir y Truffaut siempre le abundaron, y hasta en Silence of the Lambs hay momentos de empatía con Hannibal Lecter, por mas fugaces que sean- la autenticidad con la que retrató espacios y tiempos- uno siente que conoce el espacio en que se desarrolla una película de Demme a pesar de que nunca haya estado físicamente en el- la arrolladora energía de sus bandas sonoras que son un muestrario de la mejor música pop creada de finales de los 50 a nuestros días, su apasionada convicción en sus documentales que lejos de ser objetivos y fríos retratos de sus sujetos eran celebratorios, su genuino amor por la diversidad, el respeto y la tolerancia. En fin, el cine de Demme era derroche total, energía total, es cine hecho para los que amamos el cine y lo celebramos. De hecho resulta curioso y esto también se ha repetido a la saciedad en los tributos que se han escrito sobre su trabajo que sus dos películas mas famosas sean quizás las menos representativas de su estilo, aunque si dan fe de su inagotable versatilidad: Silence of the Lambs y Philadelphia.

Jodie Foster en sus palabras para recordarlo lo  identificó como el "mejor cineasta mujer con el que he trabajado" y es que el feminismo y el enfoque de Demme en lo femenino merece mención aparte: su cine esta poblado de mujeres en su centro, actrices que muchas veces hicieron el mejor trabajo de sus carreras bajo su dirección: Cloris Leachman en Crazy Mama, Mary Steenburgen en  Melvin and Howard, Goldie Hawn y Christine Lahti en Swing Shift, Melanie Griffitth en Something WIld,  Michelle Pfeiffer y Mercedes Ruehl en Married to the Mob ,  Jodie Foster en Silence of the Lambs, Thandie Newton en Beloved y The Truth About Charlie, Anne Hatthaway, Rosemarie DeWitt y Debra Winger en Rachel Getting Married, Meryl Streep en The Manchurian Candidate y Ricki and the Flash.


Mi prima Diana Matos, directora de fotografía logró trabajar con Demme en Ricki and the Flash y esto ocurrió porque Demme exigió que en el departamento de fotografía de la película trabajaran mujeres, al igual que en todos los departamentos de sus producciones. Prueba de un activismo férreo que no se quedaba simplemente reflejado en pantalla. Yo estaba en Nueva York para los días en que mi prima comenzaba a trabajar con Demme y me planteó quizás una posible visita al set que nunca pudo darse. Mejor que fuese así, yo que le tengo pavor a encontrarme frente a frente con la gente que admiro, probablemente me hubiese orinado encima o me hubiera puesto a balbucear.
Siempre es difícil apalabrar lo que sentimos sobre artistas que nos han marcado y este escrito no ha sido la excepción, para terminarlo con toda la redundancia que se merece pienso que es meritorio dar mis 10 razones en forma de cine por las que amo a Jonathan Demme- aunque amo las 28 razones de su filmografía, todas de alguna manera- :



Rachel Getting Married (2008)- Su obra maestra absoluta. Filmada de modo documental- para esa época Demme llegó a decir que el cine narrativo ya no le interesaba- La película es un recordatorio que a pesar de su variada carrera, Demme nunca olvidó las raíces indie de sus comienzos junto a Roger Corman- quien de hecho, aparece en la peli-. Ecos de Altman, Cassavettes y hasta de Bergman abundan, pero esto es Demme puro, con una cámara que no deja de danzar entre los actores/ocupantes de una de las bodas mas disfuncionales captadas en cine, que de alguna manera tiene un final sino feliz, al menos celebratorio a lo Demme. Una de las mejores películas de la pasada década...y de lo que va de siglo


Beloved (1998)- Muy malentendida y vapuleada en su momento. Esta es la incursión de Demme en el realismo mágico y una de esas raras ocasiones en que el cine estadounidense reciente ha logrado arañar la poesía. A medio camino entre el revisionismo histórico y el lirismo mas desmedido, esta adaptación de la novela de Toni Morrison, como tantos trabajos del Demme post Philadelphia, peca quizás de estar demasiado adelantada a su tiempo


Stop Making Sense (1984)- Su documental sobre los Talking Heads  y la que fue su ultima gira como banda es considerado por muchos como el mejor concert film de todos los tiempos, y con el perdón de Scorsese y The Last Waltz, quien soy yo para contradecir a la mayoría? Son tantos sus momentos icónicos que aquí no hay espacio para describirlos. Pero en el genero del "rockumentary" hay un antes de y después de Stop Making Sense.


Something Wild (1986)- Mitad road trip descabellado y enloquecido, mitad thriller violento e inesperado. Una dupla inolvidable protagonista de Melanie Griffith y Jeff Daniels, un Ray Liotta que comenzaba en su modo mas sádico, una banda sonora que es un autentico muestrario de la mejor música de los 80 y la mirada siempre enérgica de Demme que realiza una de las mejores sátiras al conformismo de la era Reaganiana
Melvin and Howard (1980)- Originalmente a ser dirigida por Mike Nichols. Demme terminó siendo el elegido y la única opción que ahora nos es posible para dirigir este guion de Bo Goldman sobre el bueno para nada, pero bueno Melvin Dummar, un tipo tan común y corriente que nadie se explica porque Howard Hughes le dejó 156 millones de dólares. Inolvidables Jason Robards, Paul LeMat y Mary Steenburgen  que se llevó el Oscar apenas por su segunda película.


Married to the Mob (1988)- En algún lugar he escuchado que este filme es como una capsula del tiempo a los 80...y nada puede ser mas cierto. Deliciosa e hilarante, no puede ser mas ochentosa en su diseño, energía, humor y banda sonora. Pero con esa vitalidad Demmeniana que le ha permitido envejecer con gracia.  Dean Stockwell fue nominado al Oscar por su magistral gangster, Tony Russo pero de nuevo son las actrices que se quedan con el canto, la protagonista Michelle Pfeiffer y una histérica Mercedes Ruehl en la que puede ser mi actuación favorita en una película de Demme


Handle With Care o Citizen's Band (1977)- Su cuarto largometraje y el primero que Demme realiza fuera de la sombra de Roger Corman. Ya se atisban los ingredientes característicos de su trabajo: su cámara vital y enérgica, su idiosincrático sentido del humor, y una disparatada empatía hacia los personajes que retrata, por mas excéntricos que fuesen. Todo esto ya presente en su particular vistazo al la fiebre de mediados de los 70 en el sur estadounidense por los llamados radios de onda corta o "Citizen's Band radio"


Neil Young: Heart of Gold (2006) - Aparte de sus colaboraciones con David Byrne y Robyn Hitchcock, la otra gran colaboración musical de Demme con un músico fue con el legendario rockero canadiense. Demme haría 3 documentales centrados en presentaciones de Neil Young. Este, el primero y el mejor fue grabado en el legendario Ryman Auditorium de Nashville, Tennesse, meses después de que Young sufriera un aneurisma cerebral. Como en todos sus documentales musicales Demme dejaría a la música en pleno centro, brillando por si misma, entrometiéndose apenas




The Agronomist (2003)- Su documental sobre la figura del haitiano Jean Dominique Bauby, fundador, mantenedor y DJ de Radio Haiti-Inter, estación de radio independiente haitiana que Dominique mantuvo por 3 décadas, muy a pesar de la represión del tiránico régimen de los Douvalier que siempre lo perseguiría. Dominique fue asesinado en el 2000, pero su legado como un comunicador de ideales inquebrantables y no negociables es exaltado por Demme, como solo el sabia hacerlo



The Manchurian Candidate (2004- Otra película de Demme que llegó a destiempo. La monumental sombra que la precede- es la segunda adaptación de la novela de Richard Condon del mismo titulo, ya convertida en un legendario largometraje de John Frankenheimer en 1962- hizo que no funcionara en taquilla. ni con la critica, en un principio. La de Demme no es un remake de la primera película, sino una segunda reinterpretación de la novela. Con el paso del tiempo se antoja profética, ya que vista a distancia parece anunciarnos la era Trump. Hace poco la pusieron en Netflix. Nada es casualidad.


lunes, 10 de abril de 2017

Cineastas necesarias: Relecturas históricas en ámbitos sociopolíticos, familiares y revisionistas en el cine de Isabel Coixet, Ursula Meier, Kelly Reichardt y Sarah Polley





Si hay algo que podemos afirmar en pleno 2017 en ese universo infinito que es el cine es el hecho de que ya el concepto de una mujer "cineasta" es un concepto que suena menos extraño. 122 años desde la invención del cinematógrafo de los hermanos Lumiere  y parece que es apenas desde hace demasiado poco que a la dominantemente masculina industria del cine se le antoja el concepto de una mujer cineasta como uno probable y rentable. Es algo a aplaudirse si, pero aun la igualdad de genero dentro de la industria cinematográfica a pesar de su apariencia de que lentamente se equipara, está lejos de eso.
Varios datos se acumulan: Según Martha Lauzen, directora del Centro para el estudio de la mujer en el cine y la televisión, de la universidad de San Diego que realizan anualmente un estudio estadístico sobre la mujer en la industria del cine de las 250 películas mas exitosas a nivel mundial  tan solo un 7% fueron dirigidas por mujeres, en 2015 había sido un 9%. Por otro lado en Hollywood, la omnipresente potencia del cine, el 17% de la fuerza laboral total la componen las mujeres. Se afirma que desde que dicho estudio anual de la presencia de la mujer en la industria cinematográfica se comenzó a realizar en 1998, ese 17% de la fuerza laboral femenina en el cine se mantiene intacto.
La figura de Alice Guy recientemente volvió a relucir gracias a un articulo que se volvió viral en las redes sociales. Guy fue la primera directora de cine documentada en la historia, desarrollando su carrera desde finales del siglo 19 hasta entrada la década de los 20 del siglo pasado. Luego de Guy, han surgido tantas que han enriquecido la historia del cine con sus contribuciones invaluables: Dorothy Arzner, Alicia Armstrong de Vicuna, Leni Riefenstahl, Agnes Varda, Chantal Akerman, Mai Zetterling, Elaine May, Sara Gómez, Ida Lupino, Susana Amaral, Lina Wertmuller, Margarethe Von Trotta, Maria Luisa Bemberg, Doris Dorrie, Gilliam Armstrong, Jane Campion, Euzhan Palcy, Liv Ullmann, Agniezska Holland, Sally Potter, Claire Denis, Kathryn Bigelow, Lucrecia Martel, Claudia Llosa, Fina Torres, Catherine Breillat, Maria De Medeiros, Nora Ephron, Susan Seidelman, Allison Anders, Amy Heckerling, Lynne Ramsay, Nicole Holofcener, Marjane Satrapi, Samira Malhkabaff, Penny Marshall, Nancy Myers, Rose Troche, Martha Coolidge, Nancy Savoca, Penelope Spheeris, Miranda July, Nicole Garcia, Agnes Jaoui, Barbra Streisand, Julie Taymor, Antonia Bird, Niki Caro, Iciar Bollain, Helena Taberna, Maria Ripoll, Mary Harron, Debra Ganik, Deepa Metha, Mira Nair, Sofia Coppola, Barbara Kopple, Kasi Lemmons, Maiween, Valeria Sarmiento, Asia Argento, Kimberly Peirce, Jill Soloway, Susanne Bier, Jodie Foster, Marleen Gorris, Marina De Van, Ana Lily Amirpour, Andrea Arnold, Rebecca Miller, Lone Scherfig, Lisa Cholodenko, Ava DuVernay, Julie Dash, Marielle Heller, Lisa Langhset, Lorene Scafaria, Valerie Faris, Shari Springer Berman, Dunia Ayaso, Samantha Taylor Johnson, Catherine Hardwicke, Mimi Leder, Leslye Headland, Patty Jenkins, Karyn Kusama, Paula Markovitch,  Joan Chen, Valeria Bruni-Tedeschi, Pepa San Martin, Lucia Puenzo, Mariana Rondón, Lynn Shelton, Gillian Robespierre,  Jennifer Kent, Julia Solomonoff, Florence Jaguey, Mariette Monpierre, Melanie Laurent, Emmanuelle Bercot, Paulina Ortiz, Leticia Dolera, Gabriela Cowpertwhaite, Amma Assante, Maren Ade...en fin no están todas las que son y viceversa. Todas cineastas que han hecho cine memorable e influyente de alguna manera u otra, dentro de la rama del cine narrativo. Algunas muertas, otras en activo. La gran mayoría de ellas a pesar de su prestigio con una filmografía de apenas un par de títulos. Con grandes dificultades para sacar sus proyectos adelante a pesar de éxitos comerciales y de critica y sendos premios alcanzados. Parecen batallón pero si se compara ese muestrario con el abrumador dominio masculino  por 122 años y la batalla constante que todavía es para muchos grandes estudios y fuentes financieras el convencer que una mujer puede estar a la cabeza de una película, resulta un grupo diminuto. Todas ellas además de esa problemática en común tienen la valía de su trabajo, el haber revolcado el avispero del cine- y seguirlo haciendo- y a través de sus aportaciones y particulares visiones del mundo hacer del arte cinematográfico uno constantemente evolutivo y enriquecido por ello.


Para muestra del panorama actual y reciente del cine realizado por mujeres traigo a consideración como ejemplo el trabajo de 4 cineastas todas escritoras y directoras, entiéndase autoras totales de sus proyectos, gestoras de imparables y particulares universo femeninos, universales, humanos, revisionistas y urgentes.
La mas veterana de las 4 es Isabel Coixet, realizadora catalán, ha realizado 11 largometrajes de ficción, 4 documentales y 9 cortometrajes. Su filmografía la ha realizado tanto en su nativa España como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Japón y Francia entre otros destinos. Su cine es uno intimista pero de claras preocupaciones sociopolíticas y globales enmarcadas dentro de espacios cerrados y narrativas en donde la pareja es el eje central. Su quinto y quizás mejor largometraje: The Secret Life of Words (2005) es probablemente la mejor prueba de su crisol global/intimista. La historia de una refugiada de la guerra de los balcanes Hanna que acepta un trabajo de enfermera en una lejana torre de petróleo en la costa de Islandia cuidando a Josef un trabajador de la torre que sufrió graves quemaduras en un accidente de trabajo. El silencio que Hana le exige a Josef como parte de su labor mientras sana de sus heridas y cuida de el se va rompiendo lentamente, en parte por la persistencia de Josef en conocerla mas pero también por la necesidad de Hana de algo mas imperativo que el escape de sus recuerdos y su pasado: el sanar las heridas de dicho pasado. 

Hana cura las heridas físicas y palpables de Josef pero las suyas visibles e invisibles que dejó la que es todavía una de las guerras de tiempos recientes mas misteriosas para nosotros en nuestro hemisferio no son tan fáciles de sanar. Josef a su vez fue a trabajar a la lejana torre buscando escapar de una fallida relación pero su dolor, enorme según sus estándares parece diminuto al lado del de esta sobreviviente no solo de la guerra sino del abuso sexual que la misma trajo a su vida. En una de las escenas mas conmovedoras del cine de lo que va de siglo, Hana muestra las cicatrices producto de su violación. A su vez que presenciamos una terrible confesión de violación y las heridas de Hana se vuelven palpables junto a su dolor a su vez presenciamos lo que el cine siempre nos ha vendido como el momento mas hermoso y sublime de una película: el momento en que nace la historia de amor. Josef se enamora perdidamente de Hana pero esta desaparece de la torre de petróleo y Josef cuando junta las suficientes fuerzas visita a una figura de su pasado que le recomienda que la deje tranquila, que algunas heridas no cierran y sanan tan palpablemente como las suyas. Pero parece inevitable que una historia de amor que a su vez actué como proceso de sanación salga de ahí. Coixet apuesta a convertir el literal proceso de sanación en uno metafórico y a la vez posible. En donde a partir de la confrontación con el horror personal y universal de una guerra se haga posible el proceso de sanación, y afloren segundas oportunidades de vida. Coixet apuesta al amor como herramienta principal para sanar. Pero reconoce que dicho proceso no esta exento de la confrontación con las heridas, a su vez haciendo un comentario sobre la pertinencia del tema la dificultad del proceso de sanación de sobrevivientes de guerra y de  como es un tema - por falta de empatía, enajenación o descuido social en general- visiblemente ignorado por la sociedad actual. Coixet lo denuncia enfáticamente pero a la vez abre la puerta a la concientización del tema y a la esperanza que mujeres como Hana puedan encontrar algún día su felicidad o algo parecido a la misma.


Ursula Meier, cineasta franco suiza, tiene 2 largometrajes, 1 documental, 1 película para televisión y 4 cortometrajes a su haber. En sus dos largometrajes a su haber: Home y Sister Meier se ha enfocado en el ámbito familiar de familias " particulares" o no convencionales, pero no lo suficientemente desprovistas de amor y empatía como para llamarlas disfuncionales. En Home (2008) encontramos de entrada una situación particular: una familia perfecta: padre, madre, 2 hijas y  1 hijo en diferentes estados de la adolescencia que viven una idílica existencia lejos del mundanal ruido en una casa que ubica al costado izquierdo de una autopista que lleva cerrada por 25 años. La rutina familiar es una que parece desprovista de tensiones que irán aflorando a lo largo del largometraje al cada miembro de la familiar ser diametralmente opuesto y lidiar de forma muy distinta con la nueva realidad en su vida: el anuncio de que la autopista cerrada volverá a abrirse, situación de la que se enteran por la radio ya que nadie va a la casa a avisarles ni siquiera a desahuciarlos. Nadie mueve un pelo por salir del hogar que la familia ha construido a lo largo de su vida juntos. Meier acentúa la actitud imbatible de la familia de permanecer allí a la vez que lleva la narrativa a sus ultimas consecuencias con la casa literalmente cayéndoseles encima, quebrando literalmente las tensiones primero metafóricas y luego muy palpables que amenazan con la descomposición de su unidad familiar. Sin dejar en ningún momento de mostrar compasión, humor y cariño por sus personajes Meier desafía y cuestiona lo que moralmente es reconocido como familia unida y hogar como conceptos. Hogar es un espacio palpable, físico o construido? Querer aferrarnos a un espacio físico va a determinar la funcionalidad de una unidad familiar? Enfrentarse al mundo y salir de la burbuja que hemos decidido crear junto a nuestros seres queridos para enajenarnos de la realidad es algo posible, honesto, saludable? Meier nos enfrenta a dichos argumentos tan intensos, pertinentes y debatibles en clave de comedia y con uno de los argumentos mas descabellados, originales y divertidos del cine narrativo reciente.


Kelly Reichardt, cineasta estadounidense con 6 largometrajes de ficción y 3 cortometrajes a su haber, además de escritora y directora es la editora de sus filmes. Sus 6 largometrajes son increíblemente diversos en cuanto a temática y estilos mostrando su capacidad para abordar lenguajes  disimiles bajo una estética particular. En Reichardt la exploración y el revisionismo de ciertos géneros cinematográficos tradicionales y dominados por visiones estéticas masculinas domina sus propuestas. 


Su cuarto largometraje, Meek's Cutoff (2011) resulta provocador y fascinante de entrada por la nocion con la que nos asalta: un western dirigido por una mujer. Reichardt se pone al frente del genero quizás mas quintaesencialmente testosteronico de la historia del cine para darle su particular vuelta de tuerca. Meek's Cutoff no posee la estructura clásica de la trama que domina el genero. Es mas bien un estudio de personajes y su entorno, enfocándose en un grupo de pobladores nómadas que transitan en una "diligencia" por un desierto devastado por la sequia en el Oregon del 1845 buscando agua potable y un posible lugar de asentamiento. Narrando siempre desde el distanciamiento, Reichardt devela poco a poco los comportamientos individuales de los componentes del diverso grupo. Meek el autoimpuesto líder de la caravana es un personaje sacado de western clásico: es el hombre rudo, violento, alcohólico y que se cree mas que nadie siendo en el fondo poco menos que un imbécil ignorante. En los tres matrimonios que componen el grupo las mujeres parecen ser las fuerzas dominantes , pero no se les da participación ni voz ni voto en las decisiones grupales. Los hombres se dan cuenta gradualmente que Meek el supuesto líder es un farsante que no tiene idea de hacia donde van. Un indígena, el único ente nativo y conocedor de esas tierras que se les aparece en camino podría llevarlos a buen destino y es aquí que una de las mujeres, Emily, la mas verbal y proactiva de las tres mujeres insiste en que el aborigen es la única manera de que podrían salvarse y llegar a un destino concreto. Reichardt mantiene el relato siempre ambiguo y a través de puntillosas alegorías visuales comenta acerca de la desigualdad de genero en lo que fue el proceso de los asentamientos humanos en el oeste estadounidense. Un proceso que no fue inclusivo en torno ni a la mujer ni a los pobladores nativos de dichas tierras. Un proceso de desigualdad que en el siglo 21 aun continua y se manifiesta en proyectos nefastos como el gasoducto que pretenden construir en tierras indígenas en Standing Rock en Dakota del Sur. 

A pesar del revisionismo tanto en forma como en contenido que Reichardt plantea, cuando la película fue estrenada en 2011 y a pesar de una recepción critica abrumadoramente positiva. Todo lo que se escribió acerca de la película parecía mas concentrado en el hecho de que una mujer dirigiera una película enmarcada dentro de un genero "masculino" que en la doble discusión revisionista de genero que la cineasta quería suscitar.


Sarah Polley  cineasta canadiense con 2 largometrajes de ficción, 1 documental y 2 cortometrajes a su haber era una de las mejores actrices de su generación, antes de su debut como directora en 2007 ya había acumulado una abultada filmografía como actriz . Termino con ella esta pequeña revisión de cineastas autoras del cine actual con el único documental que escogí para la muestra. Stories We Tell (2013), mas que un documental es un ensayo cinematográfico altamente personal en donde Polley que se pone a si misma al centro del relato cuestionándose  la nocion de lo que es la historia familiar y como se reposiciona, se cuestiona, reinventa y transforma según la persona que la cuenta, la escucha y la vuelva a contar. La historia entonces pasa a ser para Polley un proceso personal en el que no hay ni puede haber una sola manera de contar, explicar o justificar un mismo hecho. Polley convierte en cine la jornada mediante la cual descubre y entra en contacto con un padre biológico que nunca había conocido ni conocía de su existencia en contraste con el padre que la crió. Y en el proceso también descifrar el enigma y gran vacío de una madre ausente, muerta por un cáncer fulminante en enero de 1990 dos días después de Polley haber cumplido 11 años. El desliz amoroso del cual fue producto su nacimiento, la historia de sus padres y sobre todo de su madre y el porque de tantas interrogantes que la madre desde su tumba nunca podrá definitivamente contestar es un proceso en el que Polley envuelve a sus hermanos, sus parientes y a su padre biológico y de vida. Su mayor logro es quizás como mas allá de un ejercicio psicológico impenetrable, Polley logra hacer de su jornada una accesible y constantemente fascinante al revolcarse en ese terreno de reconstruir la memoria familiar. Al adentrarse en ese vacío de la especulación y el filtro personal que informa constantemente las relaciones humanas y lo que dejan: ese legado de acciones y palabras que son los que perpetrarán nuestro lugar en este universo una vez ya no estemos físicamente en el.
El trabajo de estas 4 cineastas es uno necesario. De todas ellas es quizás Coixet la que por su veteranía tiene los medios y la oportunidad constante de llevar a cabo todos sus proyectos. Las películas en cuestión todas han contado con actores y equipos de trabajos prestigiosos y reconocimiento internacional. Aun así estas cineastas tienen dificultades para realizar sus proyectos y no pueden vivir totalmente del cine. Kelly Reichardt ha logrado que las principales casas productoras del cine independiente de Estados Unidos financien y estrenen sus proyectos pero en sus propias palabras: "tengo que esperar a que hagan 2 o 3 películas dirigidas por hombres para que hagan otra mía". Sarah Polley anunció recientemente que su próximo proyecto será uno de televisión y dicho medio junto a las plataformas sociales de streaming ha servido para que muchas cineastas reconocidas sigan trabajando y vigentes para una industria como la del cine que sigue empeñada en arrinconarlas a pesar de lo mucho que la enriquecen de tantas maneras posibles. No es suficiente con que trabajen en televisión, las queremos en la pantalla grande también. Y sobre todo al menos yo espero que llegue el día mas pronto que tarde que el cine dirigido por mujeres deje de ser considerado como tal para ser llamado simplemente: CINE


(Ponencia leída el 5 de abril del 2017 como parte del Undécimo Coloquio de las Mujeres en el Recinto Universitario de Mayaguez)