Hay muchas razones para que nuestro velo occidental—si se me permite—admire el más reciente trabajo del director Danny Boyle, Slumdog Millionaire—del cual me confieso fanático empedernido. Por un lado, su cuasi-apropiación de lenguaje bollywoodense, algo todavía bastante desconocido y—por qué no decirlo—hasta exótico para muchos de nosotros, para contarnos una historia realmente sórdida a través de las convenciones de una historia de amor con final feliz. Y por otro, la forma narrativa tan ingeniosa con que, nuevamente, Boyle nos vende liebre vestida de gato, mientras nos entretiene.
Si algo debió quedar muy claro desde un principio para uno como espectador, es que esta película tiene su público, y no necesariamente es el de India. Justificadas las críticas o no, creo que el filme, estereotípica o no, nos trae la atención sobre situaciones muy serias que no sólo ocurre en Mumbai.
A pesar de todo comparto este artículo de sumo interés para los que vieron Slumdog.
http://www.time.com/time/arts/article/0,8599,1873926,00.html?iid=perma_share