Adiós al Eterno Santiago
Chemi González
Sin lugar a dudas la muerte de Don Tommy Muñiz es una que nos debe de conmover a todo el pueblo puertorriqueño. Es obvio y evidente todo lo que representa para nosotros y su importancia definitoria hacia lo que fueron y han sido la historia de las artes y el entretenimiento en Puerto Rico. Don Tommy puede decirse sin temor a que nadie lo contradiga, fue poco a poco, cimiento a cimiento construyendo la radio y la televisión de este país. Introdujo a través de sus excelentes libretos el buen humor a las ondas radiales y televisivas- tantos programas de televisión que quizás no caben en este párrafo: El Colegio de la Alegría, Los García, El Papa de mi Papa, Borinquen Canta, Carcajadas y Algo Mas y mi favorito indiscutible, Esto no Tiene Nombre entre otros-, buen humor que siempre tuvo la característica de capturar con suma precisión las idiosincrasias del perfil puertorriqueño. Fue un férreo defensor de los artistas locales, a los que siempre ofrecía apoyo y talleres de trabajo. Inclusive se enfrento al gobierno al presentar en directo en el Canal 7 del cual era propietario en ese entonces las vistas del Cerro Maravilla. Como productor nunca censuro a ningún artista por razones políticas, además de ser siempre un defensor de los trabajadores, los pescadores , el medio ambiente y la memoria histórica de nuestro pueblo. De Don Tommy puede decirse tanto y nada es exagerado.
Pero al Tommy que quizás recuerdo dentro de todas esas facetas con mas cariño como espectador es quizás al que inmortalizo a Santiago en la película de Jacobo Morales. Al igual que mucha gente considero que probablemente Lo Que le Paso a Santiago es el mejor largometraje que se ha hecho en este país- y lo seria con nominación al oscar y sin ella- y con todo el respeto de mi admirado Jacobo siempre he pensado que gran parte de eso, de esa magia, esa calidez que encontramos en dicho filme se le debe en gran parte a la excelsa interpretación de Don Tommy en el mismo. Pocas actuaciones cinematográficas me conmueven tanto- y tan repetidamente porque ocurre cada vez que veo la película- como la de Don Tommy en Santiago, si otro actor hubiese interpretado ese papel, el filme no tendría la mitad de la magia que tiene.
Mis cómicos preferidos siempre han sido los que no tratan de ser graciosos, un Jim Carrey o cualquiera de esos cómicos que se esfuerzan con mil muecas y vericuetos para obtener risa fácil me aburren fácilmente. Creo que el cómico que resulta mas efectivo es el “straight”, el que no trata ni por casualidad de ser gracioso, sino de ser lo mas fiel y directo a un personaje posible. Buster Keaton o Bill Murray, son ejemplos décadas aparte, de eso y de que es una tendencia viva en el cine. Don Tommy cae en esa categoría y al igual que Buster Keaton es alguien que me hace reír al nada mas verle la cara. Y claro esa actitud de su personaje siempre algo refunfuñon, neurótico y con la eterna quejumbrera del boricua. Al igual que con Keaton, Bill Murray o Woody Allen, siempre con Tommy nos reíamos incluso porque ya sabíamos que estábamos ante un personaje que conocíamos y sabíamos nos iba a hacer reír. Es por eso que Don Tommy funciona tan bien en Santiago.
Con tan solo la primera escena ya tenemos suficiente muestra de lo acertado de Don Tommy en el papel. Santiago al igual que tantos otros empleados públicos esta siendo objeto de una fiesta por su retiro laboral. Retiro mas que nada forzado ya que Santiago es evidente que a pesar de ser un hombre mayor es un hombre totalmente capacitado y activo como para continuar trabajando. Mientras sus compañeros de oficina, mayores y no tan mayores lo festejan y le dedican palabras de elogio, Santiago para sus adentros comenta cínicamente todo aquello mientras observa en silencio.
La sinceridad y calor humano que Don Tommy imparte a Santiago son invaluables: su pausada corporalidad, su instintivo sentido de una particular escena, la matizada forma en que siempre nos presenta a Santiago como un hombre que entrado en la sexta década de su vida todavía hay cosas que pueden sorprenderle. Jacobo escribió a Santiago como un personaje tan increíblemente humano y mundano que resulta extraordinario. Al ver a Don Tommy encarnándolo nos acercamos con una peculiar familiaridad a sus situaciones: Vemos la forma en que Santiago lidia con las particularidades de una hija divorciada que heredo su cinismo y neurosis (Johanna Rosaly) y de un hijo adicto que como tantos otros adictos quizás como escape o quizás de forma sincera se han refugiado en la figura de dios (Rene Monclova), lo vemos acercándose y tratando de ser un buen abuelo, caminando por sus alrededores para redescubrir de nuevo todo el tiempo libre que tiene entre manos, lo vemos recordando, y finalmente redescubriendo el amor en la figura de Angelina (Gladys Rodríguez) una mujer mas joven que el y que no tardamos en percibir que es quizás una figura que existe dentro de su propia burbuja.
Cualquier otro actor pudo haber decidido interpretar de manera mas amarga o ingenua este personaje, pero no Don Tommy quien le imparte una sutileza sabia que permea todos los momentos que acabo de describir, Santiago es el hombre que ha vivido, pero sabe que lo que en lo que le queda por vivir tiene derecho a descubrir otros pequeños placeres como el de la felicidad. quizás la escena decisiva de Santiago es el momento en que este se percata gracias al detective Arístides Esquilin (interpretado por el propio Jacobo) que Angelina no es quien dice ser y que ha pasado gran parte de su vida entrando y saliendo de instituciones mentales. Santiago en vez de naturalmente alejarse o negar la posibilidad de estar con una mujer desequilibrada decide que al saber la verdad no la confrontara con ello ni la rechazara, simplemente aceptara su locura, aceptando que dentro de su locura, Angelina ha construido una verdad y es de esa verdad de la cual Santiago se ha enamorado, Esa decisión de Santiago que podría ser motivo para haber sido interpretada con despliegues grandilocuentes de histrionismo es en manos de Don Tommy, la decisión mas lógica, mas natural, mas humana que un personaje como el de Santiago debió de haber tomado. después de todo, un hombre de 60 y pico de años que ha reencontrado el amor ¿Necesitara de cordura en su vida?
Siempre que hablo de Lo Que le Paso a Santiago con amigos o conocidos extranjeros que la han visto o han tenido oportunidad de verla en el extranjero me hablan con efusivo entusiasmo de la actuación de Don Tommy que de el resto de la película. Santiago y Don Tommy son sinónimos, la película no podría haber funcionado sin el y quizás si el no la hubiese hecho no podría haber llegado su figura a generaciones como la mía, que lo descubrimos gracias a ese personaje. Le toco a Don Tommy igual que a Santiago en su tercera edad llevar otro sombrero aparte de haber sido escritor, productor y comediante toda su vida. Ser el rostro de la película puertorriqueña que quizás ha recorrido mas el mundo. Jacobo nos hizo un regalo incalculable al haber escogido a Don Tommy para Santiago. Y Don Tommy nos hizo el regalo de descubrirnos el candor detrás del actor y el comediante para que nunca lo olvidemos. Bien le vale ser con todo derecho, un sinónimo, un símbolo de nuestra identidad como pueblo.
Pero al Tommy que quizás recuerdo dentro de todas esas facetas con mas cariño como espectador es quizás al que inmortalizo a Santiago en la película de Jacobo Morales. Al igual que mucha gente considero que probablemente Lo Que le Paso a Santiago es el mejor largometraje que se ha hecho en este país- y lo seria con nominación al oscar y sin ella- y con todo el respeto de mi admirado Jacobo siempre he pensado que gran parte de eso, de esa magia, esa calidez que encontramos en dicho filme se le debe en gran parte a la excelsa interpretación de Don Tommy en el mismo. Pocas actuaciones cinematográficas me conmueven tanto- y tan repetidamente porque ocurre cada vez que veo la película- como la de Don Tommy en Santiago, si otro actor hubiese interpretado ese papel, el filme no tendría la mitad de la magia que tiene.
Mis cómicos preferidos siempre han sido los que no tratan de ser graciosos, un Jim Carrey o cualquiera de esos cómicos que se esfuerzan con mil muecas y vericuetos para obtener risa fácil me aburren fácilmente. Creo que el cómico que resulta mas efectivo es el “straight”, el que no trata ni por casualidad de ser gracioso, sino de ser lo mas fiel y directo a un personaje posible. Buster Keaton o Bill Murray, son ejemplos décadas aparte, de eso y de que es una tendencia viva en el cine. Don Tommy cae en esa categoría y al igual que Buster Keaton es alguien que me hace reír al nada mas verle la cara. Y claro esa actitud de su personaje siempre algo refunfuñon, neurótico y con la eterna quejumbrera del boricua. Al igual que con Keaton, Bill Murray o Woody Allen, siempre con Tommy nos reíamos incluso porque ya sabíamos que estábamos ante un personaje que conocíamos y sabíamos nos iba a hacer reír. Es por eso que Don Tommy funciona tan bien en Santiago.
Con tan solo la primera escena ya tenemos suficiente muestra de lo acertado de Don Tommy en el papel. Santiago al igual que tantos otros empleados públicos esta siendo objeto de una fiesta por su retiro laboral. Retiro mas que nada forzado ya que Santiago es evidente que a pesar de ser un hombre mayor es un hombre totalmente capacitado y activo como para continuar trabajando. Mientras sus compañeros de oficina, mayores y no tan mayores lo festejan y le dedican palabras de elogio, Santiago para sus adentros comenta cínicamente todo aquello mientras observa en silencio.
La sinceridad y calor humano que Don Tommy imparte a Santiago son invaluables: su pausada corporalidad, su instintivo sentido de una particular escena, la matizada forma en que siempre nos presenta a Santiago como un hombre que entrado en la sexta década de su vida todavía hay cosas que pueden sorprenderle. Jacobo escribió a Santiago como un personaje tan increíblemente humano y mundano que resulta extraordinario. Al ver a Don Tommy encarnándolo nos acercamos con una peculiar familiaridad a sus situaciones: Vemos la forma en que Santiago lidia con las particularidades de una hija divorciada que heredo su cinismo y neurosis (Johanna Rosaly) y de un hijo adicto que como tantos otros adictos quizás como escape o quizás de forma sincera se han refugiado en la figura de dios (Rene Monclova), lo vemos acercándose y tratando de ser un buen abuelo, caminando por sus alrededores para redescubrir de nuevo todo el tiempo libre que tiene entre manos, lo vemos recordando, y finalmente redescubriendo el amor en la figura de Angelina (Gladys Rodríguez) una mujer mas joven que el y que no tardamos en percibir que es quizás una figura que existe dentro de su propia burbuja.
Cualquier otro actor pudo haber decidido interpretar de manera mas amarga o ingenua este personaje, pero no Don Tommy quien le imparte una sutileza sabia que permea todos los momentos que acabo de describir, Santiago es el hombre que ha vivido, pero sabe que lo que en lo que le queda por vivir tiene derecho a descubrir otros pequeños placeres como el de la felicidad. quizás la escena decisiva de Santiago es el momento en que este se percata gracias al detective Arístides Esquilin (interpretado por el propio Jacobo) que Angelina no es quien dice ser y que ha pasado gran parte de su vida entrando y saliendo de instituciones mentales. Santiago en vez de naturalmente alejarse o negar la posibilidad de estar con una mujer desequilibrada decide que al saber la verdad no la confrontara con ello ni la rechazara, simplemente aceptara su locura, aceptando que dentro de su locura, Angelina ha construido una verdad y es de esa verdad de la cual Santiago se ha enamorado, Esa decisión de Santiago que podría ser motivo para haber sido interpretada con despliegues grandilocuentes de histrionismo es en manos de Don Tommy, la decisión mas lógica, mas natural, mas humana que un personaje como el de Santiago debió de haber tomado. después de todo, un hombre de 60 y pico de años que ha reencontrado el amor ¿Necesitara de cordura en su vida?
Siempre que hablo de Lo Que le Paso a Santiago con amigos o conocidos extranjeros que la han visto o han tenido oportunidad de verla en el extranjero me hablan con efusivo entusiasmo de la actuación de Don Tommy que de el resto de la película. Santiago y Don Tommy son sinónimos, la película no podría haber funcionado sin el y quizás si el no la hubiese hecho no podría haber llegado su figura a generaciones como la mía, que lo descubrimos gracias a ese personaje. Le toco a Don Tommy igual que a Santiago en su tercera edad llevar otro sombrero aparte de haber sido escritor, productor y comediante toda su vida. Ser el rostro de la película puertorriqueña que quizás ha recorrido mas el mundo. Jacobo nos hizo un regalo incalculable al haber escogido a Don Tommy para Santiago. Y Don Tommy nos hizo el regalo de descubrirnos el candor detrás del actor y el comediante para que nunca lo olvidemos. Bien le vale ser con todo derecho, un sinónimo, un símbolo de nuestra identidad como pueblo.