miércoles, 18 de enero de 2012

A Dangerous Method: Peripecias del primer psicoanálisis


Luego de más de un siglo de historia al psicoanálisis se le ha criticado y a levantado detractores de todo tipo. Las publicaciones al ataque no escasean y hoy por hoy parece ser un método que fluctúa entre la búsqueda de vigencia y el mantenimiento férreo de sus prerrogativas básicas o edificio conceptual. Parecería ser que esta situación responde a una crisis producto de cambios político-históricos, académicos y morales, sin embargo, y sin descartar lo anterior, si se analiza la genealogía misma del psicoanálisis nos damos cuenta que la constancia en esta teoría ha sido la controversia y la división de criterio investigativo de quiénes la practican. Nada mejor para ver este aspecto que examinar las desastrosas relaciones entre Sigmund Freud y Carl Jung.

Es curioso que la teoría y el sistema clínico más influyente del siglo pasado no haya tenido hasta ahora prácticamente ninguna presencia en el cine incluso con sus muchos chismes y luchas de poder. David Cronenberg aprovecha ese nicho y en su último filme A Dangerous Method (2011) se acerca al binomio Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Carl Jung (Michael Fassbender) re-construyendo el conflicto esencial que rodea a estas figuras más que claves en el movimiento.

Dice Cronenberg:

“En esta ocasión no quería hablar tanto de una enfermedad como de contar un drama. Y para que un drama funcione debe de haber algo que vaya mal, tiene que existir el conflicto, no siempre físico…es importante incidir en que la película cuenta el inicio del psicoanálisis cuando estaban todos los caminos abiertos, en plena investigación. Por ejemplo, podían preguntarse: ¿por qué no tener relaciones sexuales con un paciente?, ¿puede que sea terapéutico? Hoy ya sabemos que no es buena idea”. (Entrevista con el periódico El país 25/11/2011)

El filme aprovecha esa idea de los caminos investigativos abiertos para enfocarse sobretodo en el trabajo y vida de Carl Jung. Un joven Jung logra validar exitosamente la “terapia del habla” propuesta por Freud para aliviar la histeria y la neurosis. Su práctica clínica prueba la tesis que plantea la represión de los impulsos sexuales como raíz de los desordenes psíquicos. El trabajo de Jung se convierte en uno de los pilares del movimiento, sin embargo, sus intereses investigativos (dirigidos hacia la metafísica y el análisis cultural) comienzan a alejarse de los inamoviblemente sexuales de Freud, llevando a ambos psiquiatras a enfrentarse hasta que ocurre la separación definitiva.

Cronenberg decide relatar esta famosa separación no solamente desde el aspecto de la investigación psiquiátrica con sus muchas reuniones, cenas y debates sino también desde la tumultuosa vida sexual de Jung. Tal como plantea el psicoanálisis el director canadiense utiliza la narrativa sexual-familiar para ofrecernos una versión íntima de este caso.


Una de las pacientes más importantes de Jung fue sin duda Sabina Spielrein (Keira Knightley). Como paciente representó uno de los primeros y mayores éxitos de la terapia. Su histeria provenía de unas densas obsesiones sexuales que debían ser exteriorizadas. Lo interesante y des-estabilizante es que en el transcurso de la terapia Spielrein se convirtió en la asistente de investigación de Jung y luego en su fogosa amante.

Cronenberg utiliza esta relación como una metáfora de los planteamientos conceptuales más importantes de la teoría. Cada personaje termina representando un aspecto de ésta:

Carl Jung con una plácida vida matrimonial se enfrenta a unos deseos sexuales extravagantes y sado-masos por Spielrein. De terapista va lentamente volviéndose paciente en crisis. Aunque intenta reprimir estos impulsos que dan al traste con su vida matrimonial y profesional, termina cediendo a ellos avalado por la influencia del colega Otto Gross (Vincent Cassel), quien propone en todo momento rendirse ante el deseo sexual sin importar si este se genera con las pacientes. Tanto Gross como Spielrein son una manifestación del inconsciente sexual de Jung o el “ID”.



Para una figura tan recta como Jung los conflictos éticos surgen contaminando la recién conquistada libertad sexual y causando fricciones con Freud. Freud como líder del movimiento va convirtiéndose en el “Superego” o ley interna al cual el sujeto Jung responde y a la cual quiere sublevarse tanto a nivel ético como teórico. La compleja relación con Spielrein no solamente sucede en un ámbito sexual sino que en ambos se despierta una constante auto-reflexión que da motivo a la investigación de otras perspectivas acerca del inconsciente como las que dieron pie a la teoría de la pulsión de muerte.

Siguiendo su última tendencia Cronenberg utiliza un estilo formal muy limpio, comedido y distante. Su frialdad casi clínica funciona muy bien con el material narrativo y con los espacios geográficos vieneses. Las actuaciones de Fassbender, Mortensen, Cassel y Sarah Gadon como Emma Jung reflejan esa misma línea de elegancia, discreción pero intensidad interna. Es una tendencia en el cine de Cronenberg tener complejos personajes masculinos y excelentes actuaciones, esta no es la excepción.

“Me hace feliz trabajar con los actores, y aquí además tuvimos una filmación plácida, con grandes intérpretes…Con los años soy cada vez más sencillo con la cámara, más directo, preciso. Cada vez hablo menos con los actores y los técnicos. Yo les he contratado por algo: que lo muestren”. (Ibid.)

Habría que ver hasta que punto Keira Knightley encaja con el estilo de actuación del ensemble, sobretodo en esa primera parte donde sucumbe a la sobreactuación. Por suerte su personaje se normaliza logrando ecualizar el trabajo actoral hasta cierto punto.


El trabajo de David Cronenberg en A Dangerous Method presenta como los nudos psíquicos que intenta revelar el psicoanálisis surgen precisamente del drama mental y sexual de sus terapistas y teóricos. Este experimentado cineasta retoma los temas de las voliciones extremas y de las oscuridades psíquicas con un estilo que se vuelve cada vez más prístino y que privilegia el contar una buena historia por encima del exceso visual o el morbo desmedido.

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