Palabras leídas en la Participación de CINECERO en la 2da Feria del Libro Eugenio María De Hostos en la ciudad de Mayagüez PR, 8 de marzo del 2012.
El oficio de la crítica de cine responde y requiere un reto: el de borrar esa línea fina entre el gusto y el criterio, que muchas veces se confunden. En Puerto Rico, el reto es doble ya que no existe como tal un organismo académico que se dedique al cine como materia principal. Sí existen en las facultades de comunicaciones de nuestras universidades cursos como teoría y crítica cinematográfica- que hasta hace dos años por ejemplo era un requisito para los estudiantes del bachillerato de comunicación audiovisual en la Escuela de Comunicaciones de la UPR, recinto de Río Piedras, pero que ahora es tan solo una electiva- aunque estos cursos son de reciente aparición en diversos currículos y no se ofrecen con la regularidad que deberían de ofrecerse. Así que al estudiante de comunicaciones o el que esté interesado en el cine no se le enseña a como “ leer” y auscultar cinematográficamente un filme. Los códigos no son los mismos y en este país suele confundirse la crítica seria con el gusto personal. Todavía domina el “ me gustó” o “ no me gustó” en las discusiones acerca de cualquier trabajo estético/creativo. Y el que a alguien le guste o no algo no es símbolo de que algo sea de buena calidad o de mala calidad, es cuestión de criterio. Por eso digo que es un reto, no es fácil separar dos conceptos que claramente se confunden. La idea a la que aspiramos como espacio serio de crítica cinematográfica es a la de un examen crítico que tome en cuenta los valores estéticos, de forma, contenido, substancia y alcance social y cinematográfico.
Al plantearnos el proyecto de Cinecero de una manera seria y consistente nos topamos con un precedente importante. En Puerto Rico, como bien sabemos, no hay una tradición fija de crítica seria cinematográfica. El desparecido periódico El Mundo ostentó durante mucho tiempo a Luis Trelles– reconocido profesor de cine y comunicaciones– como su crítico fijo en los años 70, década en la que se puede pensar como un comienzo formal de la crítica y discusión del cine visto en Puerto Rico en los medios públicos. El semanario Claridad también se ha distinguido por constantemente publicar seria crítica de cine, desde que comenzó su sección de cine allá para los años 70, liderada por el cineasta y teatrero Mario Vissepo. Destacados nombres pasaron por esas páginas desde Kalman Barsy, Edgar Soberon Torchía, Armindo Núñez Miranda, Kino García y claro María Cristina Rodríguez que está al frente de esta sección del semanario desde 1979. Yo pude pulirme como escritor fijo de dicha sección, la que compartí con María Cristina del 2002 al 2005, y he seguido como colaborador ocasional desde entonces. Periódicos como El Vocero y El Nuevo Día tomaron nota y también empezaron a invitar destacados colaboradores y escritores sobre cine como Pedro Zervigon, pero el enfoque crítico de esos periódicos en lo que respecta a la crítica de cine es uno que por lo general es muy limitante y errado.
Lo que distingue a la crítica de cine que aparece en Claridad de la que aparece en el resto de los periódicos “oficiales” del país es que al ésta ser una publicación sin fines comerciales, está comprometida con realmente revisar el cine de forma crítica y considerarlo como un medio artístico importante, no tan solo material de rápido consumo.
En los diarios principales del país, El Nuevo Día, Primera Hora y El Vocero se publica crítica de cine todos los jueves, que es el día de estreno de películas en las salas de cine comerciales en Puerto Rico. Rara vez en dichos periódicos puedes encontrar crítica de cine seria, casi siempre se encuentra supeditada al hecho de tener que vender una película como producto. Si realmente estás criticando un desastre- como digamos el 80 % del cine que se ve en Puerto Rico durante todo el año- tienes que hacer concesiones y esconder como puedas dicho hecho, porque si se trata de una película con futuro comercial obviamente no puede tronchársele su posible éxito. Eso claro está, no cuenta con las películas que se presentan en los cines “Fine Arts” y que generalmente no son consideradas como filmes que haya que proteger su carrera comercial, sin hablar del extraño concepto que se tiene en Puerto Rico de lo que es cine de arte ya que muchas de esas películas exhibidas en Fine Arts no representan el mejor cine hecho a nivel mundial. Pero eso es tema de otra discusión.
Durante los años 90 y mucha de la década pasada, el ya mencionado Luis Trelles se encargaba de reseñar las películas de Fine Arts Cinema y el crítico regular las películas de las salas “comerciales”. Incluso para la década de los 90 era costumbre ver las críticas más extensas de Trelles en la revista dominical del periódico, esas sí las privilegiaban con el hecho de que podían ser algo más “críticas”. Los dos críticos oficiales de El Nuevo Día en los pasados años, José “Gugo” Umpierre durante los 90 y Juanma Fernández-Paris en la pasada década han tenido que debatirse entre tener una voz crítica propia y enfrentar las demandas que requieren escribir para un periódico comercial. Lo mismo puede decirse del periódico Primera Hora, que en años recientes sin embargo ha expandido su oferta cinematográfica con el blog Sin Subtítulos, en el que sí se le presta atención a todo tipo de cine.
Esto sin hablar de que muchas veces, muchas películas no son ni siquiera revisadas propiamente, sino más bien reseñadas a veces incluso copiando descaradamente los “press kits” que le dan a los que escriben en los periódicos. Esta práctica ahorra tiempo al escritor, que muchas veces ni es crítico de cine y atrae al espectador hacia la película, ya que siempre los" press kits "están persuasivamente diseñados para atraer al espectador hacia el filme.
Queda de los medios independientes o no afiliados a ningún fin o empresa comercial la responsabilidad de comentar de forma imparcial el cine que vemos. Además de Claridad, el periódico de la UPR, Diálogo, también incluye una sección de cine libre de ataduras comerciales y la reciente aparición de medios electrónicos como las revistas electrónicas 80 Grados y Cruce, páginas como Puerto Rico Indie, el ya mencionado Blog Sin Subtítulos y el del grupos como Cinemovida, el ya extinto Séptimo Arte o el nuestro propio Cinecero, ha hecho que por fin se le de en nuestro país- o más bien se le comience a dar- una alternativa y una invitación al espectador a que sea ente activo y no solo pasivo a la hora de disfrutar una buena película y querer comentarla y saber más sobre ella.
1 comentario:
Tremendo artículo. Te invito a que leas nuestras reseñas.
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