En el panorama macro de la cosa social estadounidense, aquel en el que consiste no la lucha particular sino la proyección mediática del proyecto ideológico a nivel extra-nacional, el caso de Trayvor Martin parece rebobinar las infulas de país redentor (imperialista) que, solapadamente, proponía la campaña masturbatoria de Kony 2012.
Me pregunto si el representante demócrata de Illinois, Bobby Bush, hubiese tenido que desplomarse à la James Stewart para evitar que lo expulsarán de Cámara de Reresentantes.
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