Una de las cosas que más me molesta del cine de Hollywood es su conservadurismo, detalle por el cual me opongo a ver cualquier película de guerra (en su mayoría sobre la Alemania nazi o Irak, esa es la moda hoy) que haya salido de estos estudios. Este conservadurismo sobresale, usualmente, con la idolatría hacia el ejercito estadounidense en las épicas de guerra o el excesivo patriotismo en las películas de superhéroes (y para adolescentes) tales como Spiderman, Transformers, o Iron Man, entre muchas otras.
En las primeras, ese espíritu conservador reclama el reconocimiento de un héroe épico con el cual debemos simpatizar y sentir su sufrimiento y sacrificio. Debería existir, por cierto, una señal al final de este tipo de películas para que el público se levante y aplauda. Así el apoyo masivo sería más concreto y visible. En las de superhéroes, por otro lado, se repite este homenaje al personaje del héroe (que en este caso tiene superpoderes) y además de eso se presenta al ejército norteamericano en un segundo plano defendiéndonos ya sea de una amenaza sobrenatural, como en Transformers y Spiderman, o de sujetos terroristas, como en Iron Man, etc. Y he aquí el segundo problema que tengo con estas películas: ¿Por qué será que siempre la amenaza va hacia Estados Unidos y nunca (o casi nunca) de EU hacia afuera? ¿No es ésta una manera hiperconservadora de venderle al mundo una imagen de lo bueno (o sea EU) vs lo malo (o sea el resto del mundo y del universo)? Definitivamente. Por eso hay que decirle no al conservadurismo de Hollywood.
Ahora bien, sé que esta ideología conservadora no es cosa nueva y que tampoco es un fenómeno exclusivo de Hollywood. Lo menciono hoy porque en mi opinión, el cine independiente en EU a adoptado varias de estas visiones impuestas por Hollywood. El ejemplo de ello lo es la recién galardonada "The Hurt Locker" (2008) de Kathryn Bigelow. Aunque esta película fue producida de manera independiente y con un bajo presupuesto (15 millones), la misma cumple con muchas de las espectativas y "requisitos" que una película de guerra producida por Hollywood tendría. Esta aseveración contradice lo que muchos críticos han dicho de la película al catalogarla como "apolítica". Según la crítica, esto precisamente es lo que ha atraído al público. Pero en mis ojos la película no es nada neutral. Es, más bien, un ejemplo distinto del cine conservador en EU.
Estoy de acuerdo con la crítica cuando dice que "The Hurt Locker" nos presenta otra cara de la guerra en Irak. Creo que es cierto que la película se enfoca y se preocupa más por la vida de los personajes que por la violencia excesiva o el espectáculo de la guerra. Pero al final, el protagonista Sergeant William James (Jeremy Renner) sigue siendo el típico héroe épico tan alabado por Hollywood. Su función, de nuevo, es presentar un ídolo con el cual nos podemos identificar y al cual le debemos aplaudir sus logros. Por eso es que su figura en la película simboliza el espíritu conservador. Sin embargo, algunos críticos han dicho que este personaje es todo lo contrario ya que representa un psicópata obsesionado con la guerra. Pero para mí no lo es. La representación no es crítica ni cuestiona el papel de los soldados en la guerra. Es más bien un ejemplo más.
El epígrafe del principio "war is a drug" también sugiere que la película cuestionará la función de la guerra en nuestros días. Pero a mi modo de ver, no lo hace. La metáfora de la droga no se lee como algo nocivo y perjudicial, como la cita sugiere, sino que se interpreta como la adrenalina generada en el momento de peligro para desactivar las bombas. El personaje principal sacrifica su vida precisamente porque está adicto a esta adrenalina.
Otro ejemplo del carácter conservador de la película es el final sumamente parecido a un anuncio de reclutamiento del ejército de EU. Éste es el punto máximo de alabanza a las fuerzas armadas. Utilizando la misma estética, la misma composición y el mismo escenario, la película termina con el regreso voluntario del protagonista a su función en el ejército. El monólogo interno del protagonista remplaza el lema "be all that you can be" y vemos al personaje dirigiéndose a desactivar otra bomba. De esta forma, abandona a su familia para seguir luchando por su país y el excesivo patriotismo se vuelve insopotable. Ahora bien, no veo ni chispa de parodia en esta escena. El calco podría convertirse en una burla a este tipo de anuncios pero como aparece con un tono sumamente serio lo tomo de manera literal.
Por tales razones no puedo aplaudir los premios que ha recibido la película en la noche de los Óscares. Para ello, tendría que enfocarme en la forma en que fue hecha la película (como en el caso de Avatar) y pasar por desapercibido el contenido. Durante la ceremonia, la misma directora confirmó mi percepción en los agradecimientos al pedirnos que recordáramos a las tropas en Irak. Como el bumper sticker en miles de carros republicanos lo que le faltaba decir era "Support our troops." Ahora tendré que hacer yo uno nuevo contestatario que diga "Abandonemos a Hollywood".