Ha
muerto Jonathan Demme....y yo siento que me despojaron de algo, de mucho. Por
un cineasta al que siempre encontré mas de un paralelismo con Robert Altman-
por no hablar que el cine de Demme es de los pocos que puede emocionarme al
nivel que lo hace el de Altman- su
muerte en mi tuvo también paralelismos. En aquel 21 de noviembre del 2006
terminaba a toda prisa una monografía cuando un pana me llamó para darme la
noticia que en aquel momento me desplomó pero no registré bien...y en aquel
momento tenia que terminar una monografía... El mensaje de texto- que a todas
estas fue de un numero que aún no
reconozco- que me anunció la muerte de
Demme la mañana del pasado miércoles 26 de abril también me azotó en transito
mientras iba de un sitio a otro, a toda prisa....al menos que me enterase al
filo del mediodía, significó antes del almuerzo ir a la barrita mas cercana a
procesar la noticia con una fría...y el soundtrack de Stop Making Sense a todo volumen saliendo de mis audífonos.
En
ese 21 noviembre del 2006 al menos reflexionaba que Altman tenia 81 años que juntados con su confesión de un trasplante
de corazón cuando recibió su oscar honorario meses antes de su deceso, mas el
tono de elegía de su ultima película A Prairie Home Companion delataban o me preparaban para un posible
desenlace. El solo pensar que no iban a haber películas nuevas de Altman era un futuro que no quería imaginarme. El 26
de abril de 2017 me enfrenté a un futuro sin nuevas películas de Jonathan
Demme, y me cuesta imaginarme ese futuro. Al menos Altman se fue en grande,
Demme se fue en pleno transito, como si sus últimos trabajos fueran apenas
reafirmaciones de esa inagotable energía de su cine, no eran películas de
despedida, eran muestras de alegría de vivir y seguir creando. Ahora la
inevitable realidad de que Ricki and the
Flash será para siempre su ultima película narrativa, un divertimento
agradable pero menor que para nada se ubica entre sus grandes películas es una
agridulce, es quizás una oportunidad perdida que queda solo a mi imaginación.
Cual era esa ultima gran película con la que Demme iba a terminar su
carrera....su Prairie Home Companion,
su Before the Devil Knows You're Dead, su
The Dead, su Saraband.....solo queda imaginar lo que pudo haber sido. Y
contentarse con esos momentos de Ricki
and the Flash en los que Demme nos recordaba su toque indiscutible, esos
momentos que solo pudieron haber salido de su cine....especialmente me refiero
al de Ricki (Meryl Streep) interpretando con toda la convicción rockera del
mundo el Bad Romance de Lady Gaga.
Tampoco ayuda el hecho de que las semejanzas de Ricki and the Flash con Rachel
Getting Married anterior película narrativa de Demme y que terminará al
menos siendo para este que escribe, recordada como su obra maestra definitiva,
son demasiado obvias.
Su
ultima película documental es literalmente otro cantar y desde que se anunció
que Demme colaboraría con Justin Timberlake, después del asombro inicial pase
de la intriga a convencerme de que esa unión era una totalmente lógica. Demme
que siempre se ha sumergido en la cultura pop
de los tiempos que le tocó vivir en
su cine, para así observar, criticar, satirizar y al final de cuentas regocijar
la cultura pop era un cineasta ideal
para capturar el show de un icono pop al nivel de Justin Timberlake. Y si, si
bien Justin Timberlake + The Tenesse Kids
no es Stop Making Sense (pero que
lo será?) es otro concert film enérgico,
vital, contagioso, es otra prueba contundente que nadie como Demme para filmar música.
Lo que no era para nada: una película de despedida- está disponible en Netflix
para quien todavía no le ha echado un vistazo-
No
sabia que Demme estaba enfermo. Aunque supe de su visita al pasado festival de
cine de Venecia quizás por en ese momento estar mas pendiente de buscar fotos
de Emma Stone, no di con las fotos de un Demme flaco, calvo y a pesar de
proyectar la misma vitalidad de siempre, visiblemente enfermo. Su muerte fue inesperada y
la noticia de su enfermedad lo fue mas. Aparentemente fue un dato solo conocido
por familiares y amigos cercanos. En un mundo como el del cine que suele ser
tan implacable con la gente mayor- Demme tenia 73 aunque parecía eternamente
joven- Demme al mantener su enfermedad privada protegía su derecho y habilidad
para trabajar y mantenerse activo y creativo. Otra coincidencia con Altman que
se mantuvo trabajando por una década, escondiéndole a las aseguradoras de sus
producciones su estado de salud cada vez mas en declive. Claro sus fanáticos-
pasó con Bowie también- sentimos que nos
robaron de algo y peor aun...que no nos prepararon para lo peor.
Nunca
he logrado identificar exactamente que me gusta mas del cine de Demme., porque
para mi es un cine tan especial, único, vital. Como tampoco me resulta fácil
describirlo. En varios de los artículos que se han escrito celebrando su filmografía
se ha hecho hincapié en que Demme es algo así como un anti-auteur o que no
tiene quizás una cualidad obvia que haga reconocer su cine fácilmente. Sin
embargo raras veces un cineasta no considerado auteur- y la verdad es que Demme rara vez fue su propio guionista,
si es por atenerse a las reglas auteristas-
ha dejado sus huellas tan claras en una filmografía constante y coherente: sus close ups inimitables, su entusiasmo por
cada persona a la que filmaba- podía ser desde Meryl Streep, Denzel Washington,
Melanie Griffith o el actor que hace de dependiente de un liquor store, o los
extras que le pareciesen interesantes: en una película de Demme si que no hay
papeles pequeños, se tiene la certeza que cada persona tiene su razón de ser,
por eso es que en los créditos al inicio de sus películas Demme mencionaba a
todas y cada una de las personas que hablasen ya fuese una línea o cantaran una
canción - su inquebrantable y constante humanidad y compasión por sus
personajes- las comparaciones con Renoir y Truffaut siempre le abundaron, y
hasta en Silence of the Lambs hay
momentos de empatía con Hannibal Lecter, por mas fugaces que sean- la
autenticidad con la que retrató espacios y tiempos- uno siente que conoce el
espacio en que se desarrolla una película de Demme a pesar de que nunca haya
estado físicamente en el- la arrolladora energía de sus bandas sonoras que son
un muestrario de la mejor música pop creada de finales de los 50 a
nuestros días, su apasionada convicción en sus documentales que lejos de ser
objetivos y fríos retratos de sus sujetos eran celebratorios, su genuino amor
por la diversidad, el respeto y la tolerancia. En fin, el cine de Demme era
derroche total, energía total, es cine hecho para los que amamos el cine y lo
celebramos. De hecho resulta curioso y esto también se ha repetido a la
saciedad en los tributos que se han escrito sobre su trabajo que sus dos películas
mas famosas sean quizás las menos representativas de su estilo, aunque si dan fe de su inagotable versatilidad: Silence of the Lambs y Philadelphia.
Jodie
Foster en sus palabras para recordarlo lo
identificó como el "mejor cineasta mujer con el que he
trabajado" y es que el feminismo y el enfoque de Demme en lo femenino merece
mención aparte: su cine esta poblado de mujeres en su centro, actrices que
muchas veces hicieron el mejor trabajo de sus carreras bajo su dirección:
Cloris Leachman en Crazy Mama, Mary
Steenburgen en Melvin and Howard, Goldie Hawn y Christine
Lahti en Swing Shift, Melanie
Griffitth en Something WIld, Michelle Pfeiffer y Mercedes Ruehl en Married to the Mob , Jodie Foster en Silence of the Lambs, Thandie Newton en Beloved y The Truth About
Charlie, Anne Hatthaway, Rosemarie DeWitt y Debra Winger en Rachel Getting Married, Meryl Streep en The Manchurian Candidate y Ricki and the Flash.
Mi
prima Diana Matos, directora de fotografía logró trabajar con Demme en Ricki and the Flash y esto ocurrió
porque Demme exigió que en el departamento de fotografía de la película
trabajaran mujeres, al igual que en todos los departamentos de sus
producciones. Prueba de un activismo férreo que no se quedaba simplemente
reflejado en pantalla. Yo estaba en Nueva York para los días en que mi prima
comenzaba a trabajar con Demme y me planteó quizás una posible visita al set
que nunca pudo darse. Mejor que fuese así, yo que le tengo pavor a encontrarme
frente a frente con la gente que admiro, probablemente me hubiese orinado
encima o me hubiera puesto a balbucear.
Siempre
es difícil apalabrar lo que sentimos sobre artistas que nos han marcado y este
escrito no ha sido la excepción, para terminarlo con toda la redundancia que se
merece pienso que es meritorio dar mis 10 razones en forma de cine por las que
amo a Jonathan Demme- aunque amo las 28 razones de su filmografía, todas de
alguna manera- :
Rachel Getting Married (2008)- Su obra
maestra absoluta. Filmada de modo documental- para esa época Demme llegó a
decir que el cine narrativo ya no le interesaba- La película es un recordatorio
que a pesar de su variada carrera, Demme nunca olvidó las raíces indie de sus comienzos junto a Roger
Corman- quien de hecho, aparece en la peli-. Ecos de Altman, Cassavettes y
hasta de Bergman abundan, pero esto es Demme puro, con una cámara que no deja
de danzar entre los actores/ocupantes de una de las bodas mas disfuncionales
captadas en cine, que de alguna manera tiene un final sino feliz, al menos
celebratorio a lo Demme. Una de las
mejores películas de la pasada década...y de lo que va de siglo
Beloved (1998)- Muy malentendida y vapuleada en su momento. Esta es la incursión
de Demme en el realismo mágico y una de esas raras ocasiones en que el cine
estadounidense reciente ha logrado arañar la poesía. A medio camino entre el
revisionismo histórico y el lirismo mas desmedido, esta adaptación de la novela
de Toni Morrison, como tantos trabajos del Demme post Philadelphia, peca quizás de estar demasiado adelantada a su tiempo
Stop Making Sense (1984)- Su documental
sobre los Talking Heads y la que fue su ultima gira como banda es
considerado por muchos como el mejor concert
film de todos los tiempos, y con el perdón de Scorsese y The Last Waltz, quien soy yo para
contradecir a la mayoría? Son tantos sus momentos icónicos que aquí no hay
espacio para describirlos. Pero en el genero del "rockumentary" hay un antes de y después de Stop Making Sense.
Something Wild (1986)- Mitad road trip descabellado y enloquecido,
mitad thriller violento e inesperado.
Una dupla inolvidable protagonista de Melanie Griffith y Jeff Daniels, un Ray
Liotta que comenzaba en su modo mas sádico, una banda sonora que es un
autentico muestrario de la mejor música de los 80 y la mirada siempre enérgica
de Demme que realiza una de las mejores sátiras al conformismo de la era Reaganiana
Melvin and Howard (1980)- Originalmente
a ser dirigida por Mike Nichols. Demme terminó siendo el elegido y la única opción
que ahora nos es posible para dirigir este guion de Bo Goldman sobre el bueno
para nada, pero bueno Melvin Dummar, un tipo tan común y corriente que nadie se
explica porque Howard Hughes le dejó 156 millones de dólares. Inolvidables
Jason Robards, Paul LeMat y Mary Steenburgen que se llevó el Oscar apenas por su segunda película.
Married to the Mob (1988)- En algún lugar he escuchado que este
filme es como una capsula del tiempo a los 80...y nada puede ser mas cierto.
Deliciosa e hilarante, no puede ser mas ochentosa en su diseño, energía, humor
y banda sonora. Pero con esa vitalidad Demmeniana
que le ha permitido envejecer con gracia.
Dean Stockwell fue nominado al Oscar por su magistral gangster, Tony
Russo pero de nuevo son las actrices que se quedan con el canto, la
protagonista Michelle Pfeiffer y una histérica Mercedes Ruehl en la que puede
ser mi actuación favorita en una película de Demme
Handle With Care o Citizen's Band (1977)- Su
cuarto largometraje y el primero que Demme realiza fuera de la sombra de Roger
Corman. Ya se atisban los ingredientes característicos de su trabajo: su cámara
vital y enérgica, su idiosincrático sentido del humor, y una disparatada empatía
hacia los personajes que retrata, por mas excéntricos que fuesen. Todo esto ya
presente en su particular vistazo al la fiebre de mediados de los 70 en el sur
estadounidense por los llamados radios de onda corta o "Citizen's Band
radio"
Neil Young: Heart of Gold (2006) -
Aparte de sus colaboraciones con David Byrne y Robyn Hitchcock, la otra gran colaboración
musical de Demme con un músico fue con el legendario rockero canadiense. Demme
haría 3 documentales centrados en presentaciones de Neil Young. Este, el
primero y el mejor fue grabado en el legendario Ryman Auditorium de Nashville,
Tennesse, meses después de que Young sufriera un aneurisma cerebral. Como en
todos sus documentales musicales Demme dejaría a la música en pleno centro,
brillando por si misma, entrometiéndose apenas
The Agronomist (2003)- Su documental sobre la figura del
haitiano Jean Dominique Bauby, fundador, mantenedor y DJ de Radio Haiti-Inter, estación
de radio independiente haitiana que Dominique mantuvo por 3 décadas, muy a
pesar de la represión del tiránico régimen de los Douvalier que siempre lo perseguiría.
Dominique fue asesinado en el 2000, pero su legado como un comunicador de
ideales inquebrantables y no negociables es exaltado por Demme, como solo el
sabia hacerlo
The Manchurian Candidate (2004- Otra película de Demme que llegó a
destiempo. La monumental sombra que la precede- es la segunda adaptación de la
novela de Richard Condon del mismo titulo, ya convertida en un legendario
largometraje de John Frankenheimer en 1962- hizo que no funcionara en taquilla.
ni con la critica, en un principio. La de Demme no es un remake de la primera película,
sino una segunda reinterpretación de la novela. Con el paso del tiempo se
antoja profética, ya que vista a distancia parece anunciarnos la era Trump. Hace poco la pusieron en Netflix.
Nada es casualidad.
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